El Gobierno opina que su triunfo electoral le concede patente de
corso para hacer lo que quiera.
El
Gobierno de Mariano Rajoy ha obtenido una clara conclusión de las
movilizaciones de ayer: Ellos la tienen más grande. El grupo social que les apoya,
queremos decir. Así, la presidenta de Castilla la Mancha a ratos perdidos y
secretaria general del PP a día completo, Dolores de Cospedal, ha despreciado
las multitudinarias manifestaciones asegurando que los votantes que les
apoyaron en las últimas elecciones son "muchísimos más".
Esta
curiosa teoría, que también la aplica la derecha para expiar sus pecados de
corrupción, confiere a las victorias electorales un poder absoluto, sin freno
ni cortapisa. Una vez ganadas las elecciones, un gobernante no tiene que rendir
cuentas más que ante Dios y ante la
Historia , como decía el dictador Franco. No importa que su
programa electoral no dijese nada de las medidas que está adoptando o incluso
afirmase lo contrario. Salvo que considere explicada su alternativa política y
económica con las frases antológicas de su líder, Mariano Rajoy, subrayando que
“van a hacer lo que hay que hacer”.
Para
Dolores de Cospedal, "la respuesta social de los españoles hacia un
partido que acaba de ganar las elecciones ha sido infinitamente mayor que lo
que pudimos ver en las calles de España. La respuesta que vimos no era una
respuesta mayoritaria ni muchísimo menos de la población española", ha
señalado en declaraciones a diversos medios de comunicación.
Zanjada
la legitimidad sindical y social, solventado el grito unánime de cientos de
miles de españoles demandando al Gobierno una rectificación y que se siente a
negociar con sus representantes, por la expeditiva vía de “a mí me votaron
más”, los dirigentes del PP se han embarcado, consigna en mano y argumentario
en la frente, a intentar liquidar la presencia política de los socialistas.
Así,
con sospechosa sincronización, con las mismas palabras prácticamente, tanto la Presidenta regional de
Castilla La Mancha
cuando tiene tiempo, como la ministra de Trabajo y el Despido Libre, Fátima
Báñez, han discutido el derecho de los dirigentes del PSOE a participar en las
movilizaciones de ayer. No se sabe si esque losquieren ver de nuevo exiliados
en países más democráticos que el nuestro, o simplemente les quieren mudos y
callados, tanto Báñez como Cospedal, se han “sorprendido” de que los –según su
argumentario- “responsables de la situación actual, participasen en la
protesta”.
Asimismo,
Bañez, la misma ministra que no tuvo tiempo para reunirse con los sindicatos
mientras preparaba la instauración del despido libre por la puerta de atrás de
la legislación laboral española, ahora se muestra dispuesta a “dialogar con
todos y de todo”.
Eso
sí, pone una condición: quiere “propuestas concretas”, porque hasta ahora,
según su acreditado criterio, no las ha habido. No obstante, tanto ella como
Cospedal han puesto una segunda líena roja al debate: lo esencial del Decreto,
el núcleo duro de las medidas, los recortes fundamentales a los derechos
laborales, no están sometidos a revisión. El tiempo, las flores y la llegada de
la primavera es lo único sujeto a negociación, según parece.
LUNES,
20 DE FEBRERO DE 2012 MANUEL ARIAS (Diario Progresista)
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